Del paisaje se ha de aprender la configuración del cielo, los movimientos de los astros y su reflejo en los cambios en el suelo. Del suelo, los diversos lugares y su composición, fertilidad y producción. De las montañas, su configuración, su constitución y sus movimientos externos e internos. De las nieves de las cumbres, sus tiempos y sus caminos de deshielo. De los bosques, sus infinitos secretos y maravillas; sus frutos, sus variaciones. Del subsuelo, al que se ingresa por las oscuras cavernas, sus misterios, latidos y temblores.©Marta Balbi: "Territorio mapuche: La Mapu"
Lo que importa es saber descubrir las dependencias, las mutuas influencias de planos, las vinculaciones, los fluidos intercambios que constituyen la vida de la naturaleza que sustenta a la gente.¿Cuánto tiempo se necesita para conocer todo esto? Miles de generaciones; y lo tienen que hacer entre muchos; lo han de conversar, ligar experiencias y trasmitirlas en forma oral a los descendientes. La sabiduría contenida en el paisaje se hace extensible a los longkos y sabios y a toda su vigorosa tradición étnica.
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