Besáronse raíces e barbas e renuevos, hasta el amor despertar de las aves ya arrulladas por las plumas de sus propios mesmos amores trinantes.
Mesmamente los mugrones huincas entierráronse amantes,
e las aguas cholas abrieron sus vertientes alumbrando, a sorbos nombrándose, a solas diciéndose: aguas buenas, aguas lindas, ay pero violadas somos aguas.
Rahue, plorosas Pilmaiquén, floridas e parteras e aún felices las arroyos que atraviesan como liebres los montes e los cerros.
E torcazos el mesmo amor pronto ayuntáronse,
los Inallao manantiales verdes, las Huaiquipán bravas mieles, los Llanquilef veloces
ojos, los Relequeo pechos zorzales, las Huilitraro quillay pelos tordos,
los Paillamanque raulíes nuevos.
Huilliche amor, anoche amaron más a plena chola arboladura,
a granado cielo indio perpetuo;
amáronse, amontañados como aguas potras e como anchimallén encendidos, al alba oloroso amáronse, endulzándose el germen lo mesmo que vasijas repletas de muday.
Jaime Luis Huenún - poeta mapuche.
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