martes, 28 de octubre de 2008

Material y Espiritual

Aunque como humanos tenemos las mismas vivencias y experiencias que los mapuche, no manejamos los mismos conceptos, entonces nos resulta difícil expresar su modo de ver, su filosofía, su concepción del mundo.

El pensamiento mapuche es coherente e integral.

Toda su visión parte de su modo de concebir a ‘Dios’. Partiendo del criterio de Dualidad, todo lo que existe es una síntesis entre Materia y Espíritu. Cada cosa tiene una evidencia o presencia material y Espiritual que la anima (Newen, Püllü, Am efímero y Am trascendente).

Materia y espíritus responden a Leyes diferentes.
- La materia se mueve en ciclos; esta en permanente cumplimiento de funciones; constituye un sistema integrado sujeto a un movimiento armonioso. Se une y se separa; se combina y disuelve; nace a una organización y luego esa organización se diluye en favor de otra.
- El espíritu jamás se confunde con la materia; sólo entra en ella como en un traje. El espíritu constituye los componentes de lo que denominamos MENTE: conciencia de quiénes somos, como nacionalidad, como familia, como individuos. La nacionalidad y el ADN familiar existen desde antes de que el cuerpo se conforme en el momento de la gestación. La conciencia del Yo nace con el sujeto.

Entonces, en cuanto a la ontogonía, hay un mundo material transitorio, cambiante, recombinándose instante por instante, y hay un mundo espiritual permanente, estable, perenne.

Como cuerpo estamos en una situación inestable.

Como Espíritus nuestra situación es permanente, munida de convicciones y objetivos firmes, claros y justos, imperturbable.


De este modo es como -se dice desde tiempos inmemoriales- lo fugaz y lo imperecedero se unen.

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